Y aquellos los de entonces...

No, esto no tiene que ver con la crisis. Hoy pintaba como un buen inicio de semana hasta que desperté. El dolor de garganta me impedía hablar, y el sólo hecho de pensar en él me quitaba las ganas de desayunar.

Me preparo para ir al trabajo y junto aquello que necesito llevarme: los "tuppers" con comida de ayer, el celular y su cargador, el disco duro, el iPod (con la batería a punto de morir) y la cartera.

Llego al estudio, dejo mis cosas en mi lugar, meto la comida al refri... y preparo un café con canela. No tenía correos nuevos, así que decidí jugar Intellivision un rato en el "lobby". Como el flujo de trabajo pintaba para aburrirme, decidí abandonar la misión y regresar a casa para recuperarme, porque la enfermedad ya había cambiado de irritación a flujo nasal y estornudos.

Regreso más ligero. Voy con la chamarra y la mochila solamente. Llego a casa y saludo a Rita, quien muestra más euforia de lo normal, imagino que por la hora. Cuando entro y me intento quitar la chamarra, se atasca el cierre... a ver, otra vez... nope, no sale... Me quito la chamarra como puedo y trato de reparar el cierre... mierda, estaba mejor antes... tendré que ir a cambiarla... jajajaja, iluso, la compraste en oferta.

Como siempre, busco distraer mi atención con otra cosa. Bajo al cuarto, acomodo las bocinas, prendo los contactos, tomo el control del Xbox y enciendo la consola... dije, enciendo la consola... WTF?!

La suposición de Pedro cuando su Xbox murió y con la cual buscaba pitorrearse de mí antes de que yo matara el chiste, resultó ser cierta: mi consola, por ser de color negro, se había jodido en tan sólo un año y 3 meses de uso. Hasta parece que esperó a que terminaran las mensualidades para hacerlo. Eso, o simplemente murió de celos porque compré un Intellivision. Como sea, no puedo enviarla a reparar porque en las próximas 3 semanas no habrá quien reciba la consola en casa.

No habrá hordas por un buen tiempo, pero el Wii está feliz por el suceso.